Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de marzo, 2014

Viendo personas de hace rato

Ayer volví a ver a amigos y conocidos que pasaron por mi vida hace rato, algunos sin dejar marca, otros calando en mi memoria y mi corazón. El reto por supuesto, fue que me vieran en mi nueva condición. Temblorosa hablé un rato de mi, de mis estrategias para seguir viviendo. Como observadora estuve atenta a los pensamientos y las sensaciones físicas y emocionales que me producía tal acontecimiento.  En principio encaré con tranquilidad mi "no futuro" e incertidumbre, tan lejanos de sus matrimonios, planes de hijos, estudios, viajes, autos, compras. Disfruté de mi diferencia con decisión, aceptando mi destino porque, para qué voy a mentir, por más que lo intenté, la "normalidad" siempre me fue incómoda y hoy comprendo que me siento feliz rompiendo esquemas. Siendo al tiempo mujer-no mujer, enferma-no enferma, aprendiz-maestra, amante-amiga. Me transporté a esa época, como una visitante que recorre caminos conocidos pero los percibe distinto. Nunca vemos igual los lu

Las cosas que arrugan el corazón

Hoy me dispuse a dejar a un lado el miedo y escribir a mis amigas y amigos ofreciendo mi trabajo. La pensión sólo me permite trabajar por prestación de servicios y así será para toda la vida. Tengo sentimientos encontrados al ver en juego mi juventud, mis sueños y sobre todo lo que más amo hacer en la vida: la docencia universitaria. Por eso en esta entrada me voy a permitir hablar de lo que arruga el corazón. Ver a mi alrededor y encontrar tanto miedo en las personas me impacta, tanto miedo a ser felices. Yo soy feliz, en mi presente, y no tengo nada de lo que se asocia con esto. No tengo una pareja, no tengo posesiones materiales mas que mi cama, mi tele, mi celu, mis libros y este compu, no tengo un salario ni ahorros y se diría que al estar enferma, tampoco tengo salud. Pero es que saben... todo este proceso solo lo he podido llevar apreciando lo que tengo: mi cuerpo, mi mente, mi espíritu. No niego que anhelo el calor de alguien en mi cama, ¡no saben cuanto!, el tener comodidades,