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Mostrando entradas de mayo, 2014

Mis oscuros olvidos

Estos días anduve tan llena de dudas que sentí que me hundía en un pozo oscuro, sin fin. Dudas de mi fortaleza, de la claridad, del amor... estuve atrapada, ciega, con mi cuerpo agotado llenándose de enfermedad, devorando mis esperanzas y regurgitando dolor y cansancio. Agotada me repetí algunas veces que no quería seguir. Me sentí abandonada, vacía de esa energía vital, claridad, "Dios". Lejana, sola. Yo creo que much-s han recorrido esos espacios oscuros, un-s de formas más intensas que otras, pero siempre tan tristes y desoladas. Sin embargo, (amo la dualidad que marca esta palabra) sentir mi humanidad y finitud de forma tan profunda, comprender que a la final no controlo nada, mirar atrás y notar que la dificultad acompaña mis pasos, me libera. Y vuelvo a buscar estar tranquila, a reactivar mis conversaciones con esa fuerza universal, todopoderosa, para ofrecerle mi miedo y mi dolor, y dejar todo en sus manos. Dialogar de nuevo para aceptar equilibrada lo que viene, ag

De la sexualidad de la gelatina

Negación. Hablaré como si no existiera. Una sexualidad temblorosa, negada. ¿Ves este cuerpo?, ¿es deseable? Sí. Pero tu lástima de moral burguesa nubla tu deseo, lo vuelve culpa, lo oculta y mejor sonríes con simpatía. La mujer, el cuerpo enfermo es tan real que su sexualidad está mejor nula. Pensarla es trauma, amarla es tonto. Aceptación. La nombro: sexualidad de la gelatina. Prototipo de algo que parece irreal. Pero existe, está frente a ti, con su aroma, su piel, su boca, sus senos, vientre, caderas. Se alimenta de virtualidad, se regocija en sus ficciones, se mueve. Mucho. Demasiado. Transgrede el miedo, las lógicas dominantes, resignifica sus versiones de feminidad-masculinidad. Es poesía, sonrisa. Se ama infinitamente. Da amor y recibe amor. Cree en ella porque el universo está dentro suyo y ella dentro del universo. Es magia. Créelo. A mi manera