Entre querer y no poder, se debaten mis días. Las cosas más sencillas se tornan faenas imposibles. Escribir unas palabras, comer un bocado, incluso a veces me cuesta dar la mano o señalar algo. Hay momentos en que la frustración hace que cierre mis puños intentando controlar en vano el temblor involuntario. Aunque hago fuerza, se mueven como las ramas de un árbol que no pueden resistirse al vaivén que les produce el viento. Al final del día, veo los pequeños músculos tensionados que sobresalen bajo mi piel y duelen un poco. Suelo preguntarme si ese vaivén también desespera a los árboles, si sienten como yo, el cansancio en sus extremidades que se balancean de un lado a otro, de arriba a abajo. Me inquieta saber cómo sienten las tormentas, si les pasa como a mi que en días tormentosos. el aumento súbito del movimiento trastoca mi espíritu y me quiebra como las ramas delgadas que caen al piso en un aguacero. Quisiera volverme árbol por un día, a ver si aprendo la forma como aceptan lo incontrolable, cómo logran no odiar al viento aunque perturbe su quietud. A fin de cuentas, yo los veo ahí tranquilos, en un equilibrio constante, llenos de posibilidades.
http://www.youtube.com/watch?v=64j_db1uUt8
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UUU te quiero, esto es muy lindo y espero que tus palabras llenas de encanto puedan inspirar y ayudar a mas de uno que sienta lo mismo.
ResponderEliminarMi poetisa amada tus palabras son hermosas,como no sentir mi corazón conmovido,si tu eres la prolongación de mi existencia TE AMO
ResponderEliminarQue bonito.
ResponderEliminarY que valiente eres. Ahora pienso que esos sentimientos son una oportunidad única, sin que sea carreta o discurso de otro. Veo posibilidades y con tu creatividad sabrás aprovecharlas.
Te admiro, tienes las fuerza que nos falta a muchos.
Yo también envidio a los árboles, porque pueden danzar al ritmo del viento, y el les da posibilidad de moverse, bailando con él. Yo también quisiera bailar, y poder convertir la luz en vida, poder vivir y respirar sin tantas complicaciones. Pero hay una diferencia, que nosotros si podemos caminar, cambiar de sitios, conocer más y más del mundo, y enamorarnos y desenamorarnos, y darnos oportunidades. Al final ellos simplemente piensan en subsistir. Nosotros en compartir la vida. No desfallezcas, no dudes nunca quien eres, no dudes de tu corazón y todo lo que todavía tiene por dar. Dulce corazón.
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