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Nuevo ritmo vital

Lo más difícil es decir y aceptar que "no puedo". Tener que bajar el ritmo por obligación, soltar el control y reconocer que, simplemente, hay cosas que hacía antes con facilidad y me hicieron destacarme, ser admirada y "salvar la patria" tantas veces, que hoy "no  puedo". Al hacerlo, siempre se atora en mi garganta un masa inmensa y viscosa que imagino de color negro, con la apariencia y la textura del aceite quemado, que no me deja hablar y hace que duela mi cabeza. Sólo se deshace cuando corren algunas lágrimas y comprendo que es un asunto de ritmos. Mi danza existencial ahora es más lenta y cuidadosa. Ya no es desenfrenada e imprecisa con rifts de guitarra eléctrica o beats de mezclas. Tengo otra banda sonora que siempre me gustó y ahora se destaca. Como un jazz que huye a la monotonía, me voy volviendo creativa en mis movimientos, abierta a la improvisación que tanto evité en otros momentos de mi vida.
Uno de los escenarios que más me cuesta e incluso me derrumba, es el de la escritura. En el ritmo desenfrenado, era el centro así generara bienestar o extrema molestia. Hoy es tan lejana esa acción de tomar un esfero, pluma o lápiz y escribir. O la de hacerlo con gran agilidad en un teclado. Nada de eso está ahora. La escritura a  mano se ha esfumado de mi vida y trato de contrarrestar la velocidad que supone la tecnología, invirtiendo más tiempo en aquello que ya es naturalizado por la mayor parte de las personas que conozco. Procuro aceptar que ese es mi nuevo ritmo, que han cambiado los pasos en esta danza de mi vida.

https://www.youtube.com/watch?v=cDCSatT9kMU&list=PLrJs98KKebi-8cZCsmOcaqOl9wVmmvJCS

Comentarios

  1. Todos podemos bailar unos somos mas diestros que otros pero lo podemos hacer torpemente o con agilidad, la música, el ritmo, movernos al vaivén de las notas,que importa lo bueno es hacerlo al ritmo que nos toquen.

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