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Para lidiar con los imprevistos, hay que aprender a moverse en la incertidumbre.

Cuanta inseguridad puede traer cada barrera que identifico. Y me embarco entonces en la tarea titánica de
transformar la sensación de frustración desde adentro. Meditar un poco y sacar cuanto antes los pensamientos destructores de mi mente inquieta. Preguntarme siempre, ¿qué hay que aprender de todo esto? La lista es larga pero hay un aprendizaje que he valorado montones en estas semanas. Lo resumí en una frase que retumba en mi cabeza con la certeza de un axioma.

Para lidiar con los imprevistos, hay que aprender a moverse en la incertidumbre.

Ha marcado mi pauta estos días. Así nada es inesperado, porque no espero nada. Todo simplemente es...
Cuando la consigna ha sido soltar el control, una va teniendo cierta experticia en este arte. Bajar el ritmo, ver las cosas con más calma y atención...

Julio 25 de 2013

Ahí quedaba mi entrada en punta hace unas semanas, con más preguntas abiertas que respuestas. Entonces leí algo que desde la posibilidad de la polisemia, me ayudó a comprender la cuestión detrás de esto que me ocurre, que a la final no tiene que ver solo con una enfermedad. Ésta ha sido sólo el canal, la razón por la que comencé a hacerme las preguntas a las que antes huía tanto, las que me daban tanto miedo:

"Vivir en la incertidumbre, al fin y al cabo, es una manera de entender la libertad". Brigitte Baptiste
http://www.larepublica.co/ecolog%C3%ADa-profética_4326

Comienzo a comprender que he sido esclava de mi mente, de mis pensamientos, de como me he narrado mis sueños y he configurado mi realidad. Esclava de mi misma, proclamando discursos de libertad, viví en contradicción siempre. Por eso era esa sensación extraña de exilio, de no pertenecer, claro... no me gustaba mi versión de mí y ahora mis manos me muestran la fuerza de mis pensamientos. Vaya aprendizaje y bienvenido el cambio.

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