"Nada de lo que me he propuesto, ha llegado a feliz término", frases aludiendo a esa idea van y vuelven en los días más difíciles. Mi pensamiento necio recapitula un montón de momentos en los que mis deseos fueron tan fuertes como la decepción de no verlos hechos realidad. Es una profunda tristeza que me ha acompañado desde niña. Cuánto quise ser querida y aceptada entre mis amigas y amigos de infancia pero era tan distinta e insegura sin saber porqué. Cuánto quise estudiar mi carrera con la comodidad que lo hacían mis amigos y amigas de barrio, sin pensar en deudas, pagos, trabajos y esas cosas de adultos que se supone llegan después. Cuánto intenté que funcionaran esas relaciones fallidas y cumplir ese sueño de pareja, hijos, proyectos, en fin. Cuánto anhelé terminar mi Maestría, ojalá con honores, con escritos apreciados. Cuánto desee esos viajes. conocer más y más y disfrutar esa sensación liviana que me da lo nuevo, los espacios, las personas, lo sencillo. 32 años deseando, la lista aumenta cada vez más.
Hoy, en este presente extraño, me he dado cuenta de que ese impulso caótico de desear desaparece. "¿Qué pasa que ya no sueñas ni deseas como antes?", me pregunto a veces, "¿se acabó mi impulso de vida?", me cuestiono, notando que en esta ficción occidental que predomina, nos hablan de sueños y felicidad tan simples de conseguir bebiendo una gaseosa, comiendo una hamburguesa o usando una tarjeta de crédito. Y luego volvemos a nuestros textos sagrados y de autoayuda a constatar que no es así. O exploramos la realidad para ver que la cosa es más compleja y ni está tan podrida, ni es tan perfecta. La gente buena se enferma, la matan y se sacan cosas bonitas de tanta mierda.
Yo desee mucho, pero como dice Zuleta, desee mal. Y ya no quiero hacerlo más. Esto es lo que hay: este cuerpo, esta mente, estos genes. Esta gente que viene y la que se va. Hoy sin posibilidad de actuar tan autónoma, construyo más que nunca, me aventuro a la vida sin esperar recompensas. No creo que así funcione, sería demasiado aburrido. Tal vez la clave está en fortalecer esa vaina que no sé como llamar, que hace click en mi mente para que recuerde que hay que respirar, agradecer y aceptar. Cosas opuestas a eso como la tristeza y la rabia hacen que me revuelque en pensamientos que me hacen sentir miserable y víctima. Ya no quiero eso. Allá tú mundo, allá tú gente, yo me quedo aquí meditando, pensando y actuando desde el amor porque el miedo me agota. Todo se conecta y algo aportará...
Hoy, en este presente extraño, me he dado cuenta de que ese impulso caótico de desear desaparece. "¿Qué pasa que ya no sueñas ni deseas como antes?", me pregunto a veces, "¿se acabó mi impulso de vida?", me cuestiono, notando que en esta ficción occidental que predomina, nos hablan de sueños y felicidad tan simples de conseguir bebiendo una gaseosa, comiendo una hamburguesa o usando una tarjeta de crédito. Y luego volvemos a nuestros textos sagrados y de autoayuda a constatar que no es así. O exploramos la realidad para ver que la cosa es más compleja y ni está tan podrida, ni es tan perfecta. La gente buena se enferma, la matan y se sacan cosas bonitas de tanta mierda.
Yo desee mucho, pero como dice Zuleta, desee mal. Y ya no quiero hacerlo más. Esto es lo que hay: este cuerpo, esta mente, estos genes. Esta gente que viene y la que se va. Hoy sin posibilidad de actuar tan autónoma, construyo más que nunca, me aventuro a la vida sin esperar recompensas. No creo que así funcione, sería demasiado aburrido. Tal vez la clave está en fortalecer esa vaina que no sé como llamar, que hace click en mi mente para que recuerde que hay que respirar, agradecer y aceptar. Cosas opuestas a eso como la tristeza y la rabia hacen que me revuelque en pensamientos que me hacen sentir miserable y víctima. Ya no quiero eso. Allá tú mundo, allá tú gente, yo me quedo aquí meditando, pensando y actuando desde el amor porque el miedo me agota. Todo se conecta y algo aportará...
me gusto tu oración "Allá tú mundo, allá tú gente, yo me quedo aquí meditando, pensando y actuando desde el amor porque el miedo me agota"
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