Usualmente duermo profunda, sobretodo en los días de trabajo, cuando llego agotada por el esfuerzo físico. Es un sueño reparador, de descanso, que me vence rápidamente mientras leo o veo televisión. Es un sueño que disfruto, aunque me ha impedido volver a cine de 9 (menos mal está el de 6), pegarme a los planes de fiesta o charlar hasta muy tarde. Son contadas las ocasiones en que hago alguna de esas cosas, esas cosas que se dejan de hacer por la enfermedad. Hace poco me arriesgué de nuevo a un plan de baile y socializar. Confieso que en mi condición todo se vuelve acontecimiento, placentero o no, pero acontecimiento y es extraño lidiar con eso. Siento ansiedad al prepararme, insegura por qué ponerme, me canso, sudo, con los cambios de ropa y la lucha mental contra ese pensamiento que me grita "quédese en casa, usted tiembla, eso no es para usted". Al pasar los minutos me siento fea y bonita 500 veces, y comienzo a extrañar lo que fui (otro de los juegos de mi mente). Arriesgada, coqueta, conquistaba la noche, conocía sus lógicas, sus placeres, sus demonios. Con sólo unos tragos podía ser la reina de una noche de parranda. Y me encantaba. Y no paraba. Hoy toda la antesala es tensa, los miedos controlan mis músculos, la mirada es baja y me repito afirmaciones para subir el ánimo, "eres linda, paciente y poderosa", "me amo infinitamente, doy amor y recibo amor".
Por fortuna está la música que pronto me relaja. Disfruto sentir que ha pasado el tiempo y dejando mis manos en el pecho y los bolsillos vuelvo a poder bailar. Bailar fluida sin forzar mis piernas a ser menos arrítmicas. Cerrar los ojos, disfrutarlo. Extraño, sin embargo, poder mover mis manos a voluntad y jugar, performar, creyéndome que sé pasos, explorando mi sensualidad. Entonces se acerca un extraño, quiere socializar y yo, muero de miedo aunque mantengo mi sonrisa. "Mucho gusto" y extiende su mano, otro acontecimiento, mi evidencia, doy la mano, "mucho gusto, mis manos tiemblan". Me va mejor con los tomados, se desinhiben y todo se vuelve un juego, pregunta va, pregunta viene y hasta se animan a decir cosas lindas y darme uno que otro beso. Me siento cómoda en esas ficciones, cuando en medio de la embriaguez de la música y de los tragos que otros toman, el temblor se vuelve secundario. Lo que logro hacer yo misma en mi casa con mis libros, mis escritos, mis lecturas, las películas y fotos, de pronto se extiende al mundo.
Pero como todo acontecimiento, no dura mucho, y vuelve la realidad en la que sigo luchando, sonriente pero luchando. En especial contra esas ideas preconcebidas sobre las mujeres, la discapacidad, la sexualidad, la enfermedad, el amor, en fin. Me reinvento cada día para solventar la tristeza que genera no hacer parte de la "normalidad". Vuelven las noches de sueño reparador o las noches como ésta en las que despierto a la misma hora durante varios días, me invade la ansiedad por querer hablar con amigos, anhelo abrazos, besos. Canalizo todo en mi escribir y lloro un poco. Respiro y poco a poco vuelvo a mi presente, a mi cuerpo bello, a mi amor propio y puedo ser... feliz.
Hola Carolina. Me encanto leerte tanto en El Tiempo como aqui (lei todas tus entradas). Te habia escrito ya un comentario pero tal parece que se volatilizo. Te deseo mucha suerte en el pais de tus padres (Italia?) y ojala alli te puedan proporcionar la ayuda que el 'sistema' en Colombia no te pudo dar. Ah! Te dejé un comentario en tu blog del Tiempo, asi que ya sabras quien soy.
ResponderEliminarHola, muchas gracias por tus palabras. Es Francia, pero venimos del sur, muy cerca a Italia. Abrazos virtuales y aprecio mucho que me hayas leído y comentado.
EliminarCarolina, saludos desde Bogotá.
EliminarMe encantaría platicar contigo, escríbeme a linas.r@hotmail.com
Yo vivo una situación que me hace querer compartir experiencias contigo.
Un abrazo enormee <3
Donc je te souhaite beaucoup de bonheur et que tu trouves la santé car elle est le plus précieux bien qu'on a sur terre. J'ai adoré quelques unes de tes entrées dans le blog à cause de ta sensibilité et la beauté de tes paroles. J'apprécie beaucoup aussi que tu aies eu la volonté de me répondre aussi vite.
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