Paris, lunes 1° de junio de 2015
Me siento fatigada y me ha costado mucho comprender el sentido de ese cansancio. Hace casi un mes me sentía maravillosamente. Enérgica, decidida y constante en las secuencias de ejercicios y la postura. Estaba totalmente enganchada e incluso en otros espacios de mi vida, muchas cosas comenzaron a fluir. El amor tocó a mi puerta y el temblor comenzó a disminuir de forma impactante. Hoy puedo comer sola casi siempre y hacer muchas cosas que hace tres meses me eran imposibles.
Pero de un momento a otro, mi rodilla derecha me empezó a doler y aparecieron morados en mis piernas. Me asusté y con esa angustia paré un poco mi práctica sintiéndome muy triste y confundida. Comencé a hacer la postura menos días a la semana y le pedí a mi familia que me ayudara tomando fotografías a ver si identificaba "fallas". Noté una inclinación de mi cuello, pero nada respecto a mis piernas. Mi ánimo fue decayendo, sentí una gran soledad y aunque tengo mis antiguas maestras en Colombia, por alguna razón no quería preguntarles.
Un día sin embargo, decidí releer mi manual. Y oh sorpresa, me di cuenta de que había un detalle respecto a la duración para cada pierna o lado del cuerpo que había olvidado paulatinamente. Era la causa clara de los morados y el dolor de rodilla. También vi que es muy importante usar ayudas, proteger mis piernas con un pantalón largo, evitar cualquier dolor a parte del de estirar músculos.
Me sentí extremadamente triste y confundida al constatar que yo misma me estaba haciendo daño, a pesar de los grandes beneficios que me ha traido la postura. Me "dí palo" por ser testaruda y no informarme constantemente, me sentí supremamente sola por no tener claro a quien preguntarle. Temí haberme lesionado. Fueron pensamientos difíciles de manejar...
Hoy todavía siento cansancio físico pero en mi recogimiento constato que mi cuerpo se ha vuelto una metáfora de mi vida y me muestra tan compleja como soy y a veces contradictoria. Suelo excederme, incluso estando enferma, y sólo me doy cuenta cuando me hago daño y se nota. En el trabajo, las relaciones, me excedo en dar, dar, dar y dar, más allá de mis límites y no reconozco que a veces es importante permitirme recibir, como cuestión de equilibrio.
Por fortuna, notar eso me permite replantear mis relaciones en clave de autocuidado, aunque sea a veces tan doloroso, en lo moral y físico, tomar conciencia y actuar al respecto. Ni modo... eso también es aprender.
Aprendizajes y remembranzas:
- El autocuidado es un paso obligado hacia el equilibrio.
- Debo amarme y cuidarme, tanto como amo y cuido a otras personas.
. Tengo también mis límites y los reconozco y acepto con amor y compasión.
NOTA: Este es un diario de mi rutina de la postura Bound Lotus según el manual hecho por Maham Kiri Kaur Khalsa, basado en las enseñanzas de Yogi Bhajan. Es mi ofrenda para usted, querido lector o lectora. Permítase leer mis otras entradas.
Comentarios
Publicar un comentario