Paris, agosto 30 de 2015
Hace algunas semanas comencé a sentir una constante y molesta decepción de todo lo que me rodea, acompañada de una añoranza que primero creí era por mi país y las y los amigos que deje allí, pero luego comprendí que era por una vida o un estilo de vida que tuve en el pasado y NUNCA va a volver.
Ante tal evidencia sentí miedo. Y mi primera reacción fue culpar a todo, a todos, a todas, a mi. Pero esa lista de reproches que lancé con fuerza contra el Universo, se me devolvió con la misma intensidad, en ese juego de espejos del que participan quienes nos rodean, para aprender lo que era debido y volver a ajustar la percepción, vigilante de no caer en distracciones.
Hoy lo comprendí en mi práctica que con la decepción se había tornado agotadora y dolorosa. Ante el dolor de mis piernas al estirar y calentar, hice esta semana una kriya para el nervio ciático que me costó mucho, aumenté la frecuencia de mi práctica a dos veces al día y los efectos me confundieron: cansancio, náuseas, dolor de cabeza. Me sentía perdida.
Pero hoy, recurriendo a cosas que he leído y escuchando a mi intución, hice una serie de ejercicios para abrir el corazón...el primero me costó mucho y en el resto tenía la sensación de que el tiempo pasaba muy lento. Pero de pronto, me dí cuenta de que no escuchaba bien cuando el conteo acababa en mi cronómetro y en menos de lo que pensé había terminado la secuencia y pasé a la meditación.
Allí todo se dió aún mejor y entre lágrimas me dí cuenta de lo mucho que he avanzado en mi proceso. No sólo en la manifiesta mejoría de mi flexibilidad y resistencia sino también en mi equilibrio emocional. Mi cuerpo, como gracia divina me lo hizo evidente. Fue muy bello.
También se activó mi memoria y comencé a reconocer las situaciones similares dentro y fuera de mi práctica. El ciclo en el que el miedo antecede siempre una revelación, por más simple que sea, y comprendí que la vigilancia es prioritaria para no caer en contradicción. Y esa vigilancia necesita de paciencia y dedicación porque no pasa de la noche a la mañana y hasta que no se experimenta, recorriendo el camino que sea (me niego a creer que sólo sea posible a través del yoga porque soy antidogmática) no se alcanza a comprender su importancia y complejidad.
Hay una madurez en mí que me llena gratamente y al tiempo me reta. Porque sé que en mi ciclo van y vienen las tormentas. Y me voy volviendo árbol de ramas flexibles y raíces profundas y diversas para adaptarme a ellas.
Aprendizajes y remembranzas:
- Agradecer pasa por perdonar(se).
- Doy amor, recibo amor. Y asumo el reto de dejar pasar de largo el resto.
NOTA: Este es un diario de mi rutina de la postura Bound Lotus según el manual hecho por Maham Kiri Kaur Khalsa, basado en las enseñanzas de Yogi Bhajan. Es mi ofrenda para usted, querido lector o lectora. Permítase leer mis otras entradas.
Hola mi niña:
ResponderEliminarEs bueno estar pendientes de todos y todas quienes nos rodean, pero aún más importante estar pendientes de nosotros mismos, es algo que aveces se nos dificulta porque nuestros ojos ven hacia afuera, cierra tus ojos, mira hacia tu corazón y recuerda que hay están tus más bellos recuerdos... quiero decirte que en el momento que yo lo hago en mi corazón estas tu... Abrazos amiga mía.
¡Hey gracias! Un gran abrazo y gracias por tomarte el tiempo de leerme y comentar. Yo también te tengo en un lugar especial de mi mente y mi corazón. Muchos abrazos :)
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